Los perros, los chicos y los parásitos internos: puntos críticos de la convivencia

Es innegable que existe un estrecho vínculo entre los niños y los perros. Sin embargo, entre ese amor, puede haber un terceros en discordia: los parásitos internos.

Alguien dijo por ahí, que todo niño debiera tener un perro y unos buenos padres que se lo permitan tener… y es que el estrecho vínculo que une a los niños con los perros es innegable. Esa química única, a veces sólo puede asemejarse al amor de hermanos o al de amigos incondicionales. Sin embargo, entre ese amor de perros y chicos, puede haber un tercero en discordia o, mejor dicho, varios… los parásitos internos.

Y… ya que “el que avisa no traiciona”, repasamos aquí los puntos críticos a los que debes prestar atención, para cuidar la salud de quienes más quieres.

  1. Mantén a tu perro desparasitado internamente. Los perros pueden “levantar” parásitos desde el suelo o alimentos contaminados con huevos y/o larvas de parásitos. Una forma de prevenir las parasitosis más frecuentes es desparacitando internamente a tu mascota todos los meses, a fin de cortar el ciclo de cualquier parásito que se quiera “instalar” en ella.
  2. Si no has tomado la precaución anterior, y a fin de reducir las posibilidades de transmisión de enfermedades, no permitas que tu perro duerma en la cama de los chicos ni cualquier demostración excesiva de cariño (¡los infaltables lengüetazos!) … Sabemos que evitar eso a veces es imposible, por ello te recomendamos no saltearte el primer paso.
  3. Trata de recolectar la materia fecal lo más pronto posible. En la medida que pasan las horas, los huevos que salen con la materia fecal se vuelven “infestantes”, eso quiere decir que están listos para “atacar” y representan una fuente de contagio para las mascotas y las personas.
  4. Si hay un lugar específico con tierra o arena donde tu mascota hace sus necesidades, intenta que los chicos no frecuenten esa zona o al menos que no jueguen con esa tierra.
  5. Evita alimentar a tu perro con carnes crudas o mal cocidas, ya que pueden contener quistes de parásitos.
  6. No permitas que tu hijo/a o tu mascota jueguen con tu calzado. Es muy común que los niños y en especial los cachorros adoren jugar con las zapatillas, zapatos y sandalias. Más allá de que puedan romperlos, este punto resulta crítico ya que somos nosotros los que, por medio del calzado, podemos “importar” huevos o larvas de parásitos al hogar y, por ello, cuanto menos estén a su alcance, mejor.
  7. Evita que los niños tomen agua del bebedero de la mascota o coman de su plato. Sí, suena insólito para nosotros, pero para ellos no lo es ¿qué chico/a no comparte todo con su mejor amigo?
  8. Mantén a tu perro libre de parásitos externos. Algunos de ellos, como las pulgas, además de alimentarse de la mascota, transmiten parásitos internos que no sólo afectan a los perros y gatos, sino potencialmente a los niños. Por ello, una desparasitación integrada contra pulgas, garrapatas, gusanos redondos y planos, es lo ideal.
  9. Asegúrate siempre de que los niños se laven las manos luego de jugar con su mascota, con tierra o arena. Dorso y palma de cada manito y también debajo de las uñas. La higiene es clave para prevenir cualquier enfermedad.
  10. Promueve aquellas conductas que faciliten una convivencia armoniosa. Es importante que, estos amigos inseparables, aprendan a jugar sin lastimarse y a respetar sus espacios mutuamente. Tu supervisión e intervención oportuna es fundamental para lograr que ese, sea un amor para toda la vida.

Recuerda siempre consultar en tu veterinaria de para tener el plan sanitario de tu mascota siempre al día.