Arena, sol y… parásitos. Cómo proteger a nuestros perros durante el verano

La llegada del calor y la permanencia de nuestros perros por períodos más largos en espacios públicos como parques, plazas o playas, favorece al contagio de parásitos. Compartimos algunas claves para tener en cuenta.

La llegada del calor distrae a más de uno, empezamos a planear las vacaciones, pasar tiempo al aire libre o simplemente disfrutar del sol. Sin embargo, algunos se concentran más que nunca: los parásitos internos.

Lo que sucede es que muchos parásitos pueden sobrellevar la temporada estival sin mayor problema. De hecho, algunos huevos de parásitos internos son enormemente resistentes al calor extremo y la desecación, por lo que pueden sobrevivir varios años en climas húmedos y templados como los nuestros.

Esto, sumado al consumo de agua o alimentos en mal estado, hace que la posibilidad de una gastroenteritis en las mascotas sea más factible.

Otro aspecto importante para tener en cuenta es que los perros frecuentan más, o por períodos más largos, espacios públicos como parques, plazas o playas, lo que favorece que la cantidad de parásitos que llegan desde la materia fecal al suelo sea mayor, cuando ésta no se recoge inmediatamente.

Además, la mayor exposición a suelos arenosos, por ejemplo cuando vamos a la playa, predispone a las mascotas y también a las personas a padecer de Larva migrans cutánea, un tipo de enfermedad que tiene su origen en los animales (zoonosis), en la que larvas de gusanos redondos ingresan a través de la piel y van dejando una lesión que produce intensa picazón en la zona y se infecta con facilidad. Esto cobra especial significado, si consideramos un estudio realizado por la Universidad Nacional del Nordeste (Argentina), sobre el grado de contaminación en las playas de la ciudad de Corrientes con parásitos zoonóticos. A partir de dicho análisis se corroboró que el 100% de las playas estudiadas contenían al menos una muestra de arena positiva a un tipo de parásito capaz de afectar a las personas. A su vez, de las muestras positivas de materia fecal de perros, el 96% correspondían a Ancylostoma spp., agente causal de Larva migrans cutánea en humanos. Para prevenirla, es fundamental reducir el contacto directo y prolongado con la arena, por ejemplo utilizando reposeras o lonas gruesas para recostarnos y evitar caminar descalzos sobre la misma.

Frente al peligro de contagio, nuestro rol es clave: desparasitar correctamente a nuestro perro todos los meses y, cada vez que sale a pasear, recolectar la materia fecal, contribuirá a minimizar la contaminación de los lugares que compartimos con nuestras mascotas.

Para que tu mascota disfrute del verano y lo transite de la mejor manera, consulta siempre con su Médico/a Veterinario/a de cabecera.