Los parásitos más habituales en nuestros cachorros

Una de las etapas de mayor vulnerabilidad en la vida de los perros, es cuando son cachorros. Esa sensibilidad extrema aparece también frente a los parásitos internos. Te contamos cuáles son los más frecuentes y peligrosos, en especial, durante los primeros meses de vida.

Una de las etapas de mayor vulnerabilidad en la vida de los perros, es cuando son cachorros. Esa sensibilidad extrema aparece también frente a los parásitos internos. Para cuidarlos de ellos, es importante conocer cuáles son los más frecuentes y peligrosos, en especial, durante los primeros meses de vida. Te contamos un poco más sobre estos parásitos:

Áscaris.

Son los gusanos redondos más frecuentes. De hecho, los cachorros ya nacen infestados por estos parásitos, dado que las larvas tienen la habilidad de pasar de la madre al cachorro a través de la placenta y, una vez que el cachorro nace, siguen pasando a él a través de la leche materna. Por ello, es fundamental desparasitar a la mamá durante la gestación (para reducir la cantidad de parásitos que pasan a los cachorros) y desparasitar al cachorro por primera vez a los 15 días de vida. En otras etapas de la vida, la principal fuente de contagio para el cachorro y los animales adultos la constituye el suelo, en especial de parques y plazas.

Ancylostomas.

Son otro tipo de gusanos redondos, cuyas larvas llegan al cachorro a través de la leche materna y se conocen como gusanos “gancho” ya que se fijan firmemente a las paredes del intestino, lo lastiman y generan constantes hemorragias que serán más o menos graves, según la cantidad de parásitos y el estado general del cachorro. Producen importantes anemias, que pueden poner en riesgo la vida del cachorro, en especial si se combina con otras enfermedades en simultáneo. La vía más importante por la que los ancylostomas penetran al organismo es a través de la piel y, por ello, tanto cachorros como adultos deben desparasitarse con frecuencia para reducir el riesgo de esta parasitosis.

Cabe resaltar que tanto los áscaris como los ancylostomas son agentes causales de enfermedades en los humanos (zoonosis), a saber: Larva migrans visceral y Larva migrans ocular, ocasionadas por diversos tipos de áscaris y Larva migrans cutánea, causada por ancylostomas. Por lo tanto, cuidar a nuestro cachorro implica cuidar a toda la familia.

Dipylidium.

Pertenece a un grupo de parásitos conocidos como los “gusanos planos” o Tenias. No son tan comunes durante los dos primeros meses de vida, pero sí a medida que el cachorro crece; de hecho, es el gusano plano más abundante en perros y gatos. Este parásito llega a las mascotas a través de las pulgas. Cuando la parasitosis está instalada, es común ver a los parásitos adultos alrededor de la cola como “granos de arroz” y que el animal se rasque dicha zona contra el suelo. Para erradicarlos no es suficiente con desparasitar internamente al animal sino que además debemos eliminar las pulgas. La Dipilidiasis, es también una enfermedad zoonótica frecuente en niños y podemos prevenirla cuidando a nuestras mascotas.

Los gusanos redondos y planos son parásitos que siempre están. De hecho, la mayor parte de las plazas y espacios públicos que conocemos están contaminados con ellos. Por ello, lo ideal es desparasitar a nuestras mascotas todos los meses de manera preventiva, en lugar de esperar a que se enfermen. Cabe destacar que un cachorro correctamente desparasitado va a responder mejor a las vacunas que se le apliquen, ya que sus defensas no van a estar “distraídas” con parásitos internos.

Giardias.

Son parásitos unicelulares y, por lo tanto, tan microscópicos que ni siquiera los estados adultos se llegan a ver. En general, los cachorros se contagian a través del agua o por alimentos contaminados, aunque el contagio también puede suceder durante las primeras semanas de vida, si la mamá de ese cachorro está parasitada o vive en un ambiente con dicho problema (criaderos, caniles, guarderías, etc.). Las giardias generan copiosas diarreas, que se incrementan ante situaciones estresantes, causando en el cachorro severas pérdidas de peso y desnutrición. La giardiasis constituye una de las parasitosis intestinales más frecuentes en el ser humano, es decir que, también es considerada una zoonosis.

Coccidias.

Al igual que las anteriores, son parásitos unicelulares muy pequeños que no se ven a simple vista. Los cachorros se contagian a temprana edad, al convivir con madres infectadas y en ambientes que albergan la infección. Las coccidias generan diarreas con sangre que ponen en riesgo la vida del cachorrito y, por ello, es fundamental actuar de manera urgente.

Es importante desparasitar a los cachorros contra giardias y/o coccidias siempre y cuando tengamos la certeza de que ambas o alguna de ellas están presentes. Para ello, necesitaremos contar con un análisis de materia fecal determinado. Debemos evitar utilizar antiparasitarios específicos innecesariamente, ya que son parásitos que desarrollan resistencia rápidamente a las drogas. Además, es clave combinar el tratamiento en los cachorros con la desparasitación de las madres y buenas prácticas de higiene, a fin de reducir la carga en el ambiente.

Consulta siempre con un/a profesional veterinario/a para la correcta desparasitación de tu mascota y la protección de toda tu familia.