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Guía de Comportamiento y Bienestar Canino

El Bienestar Animal puede definirse como “el estado de un animal en relación a sus intentos de hacer frente al entorno” . Al ser un “estado” quiere decir que no es estático, sino que puede modificarse, experimentar cambios, y dependerá de la capacidad de cada animal para adaptarse a su ambiente. Si bien las características […]

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El Bienestar Animal puede definirse como “el estado de un animal en relación a sus intentos de hacer frente al entorno”1 . Al ser un “estado” quiere decir que no es estático, sino que puede modificarse, experimentar cambios, y dependerá de la capacidad de cada animal para adaptarse a su ambiente.

Si bien las características de cada especie condicionan en parte dichas habilidades para adaptarse al entorno, la historia particular de cada individuo, sus experiencias pasadas y sus aprendizajes, así como el medio ambiente físico, social y de interacción humano animal donde vive y se desarrolla también son fundamentales para lograr adaptarse a dicho entorno y poder alcanzar un buen bienestar.

El Bienestar Animal integra la salud física de los animales, su comportamiento y sus emociones2. Estas últimas pueden definirse como estados corporales y mentales que impulsan el comportamiento, son inducidas por ciertos estímulos y que van acompañadas de cambios corporales3. Son detectables exteriormente por expresiones faciales, gestos, vocalizaciones, olor, etc. Según Mellor y Reid4 el bienestar de un animal es el resultado del balance entre las emociones positivas y negativas que experimenta durante un determinado período de tiempo. Por lo tanto, para poder determinar el bienestar de un animal debemos evaluar no sólo su salud física sino también su estado mental y emocional. Y para lograr tal objetivo debemos entonces evaluar su comportamiento.

La Etología Clínica (Medicina del Comportamiento Animal) es la especialidad de las Ciencias Veterinarias que se dedica a prevenir, diagnosticar, pronosticar y tratar los problemas, alteraciones y patologías del comportamiento en los animales domésticos en general y animales de compañía, trabajo, servicio y asistencia en particular. Por lo tanto, se puede concluir que es fundamental para los veterinarios comprender los estados emocionales y motivaciones subyacentes a las conductas del animal por las cuales los tutores han consultado.

Con relación al comportamiento canino específicamente tenemos que tener en cuenta ciertas características que se encuentran en el repertorio específico de la especie.

Los perros son animales sociales que necesitan vivir en grupo y realizar diversas actividades en conjunto. Por este motivo las conductas afiliativas como el juego y el afecto son tan importantes para mantener, promover y fortalecer la cohesión y los vínculos sociales entre los integrantes de dicho grupo5. Esto es sumamente relevante en el caso de nuestros perros de compañía que forman parte de nuestra familia.

Para relacionarse y formar vínculos los perros necesitan comunicarse, entre ellos mismos, y con los seres humanos con los cuales conviven. Para ello utilizan tres vías de comunicación principales (Manteca, 2009; Hernández Garzón, 2012):

  • Olfativa: mediante feromonas (sustancias químicas volátiles capaces de transmitir información determinada a otros individuos de la misma especie en los cuales produce cambios fisiológicos y de conducta).
  • Auditiva: a través de distintos tipos de vocalizaciones (ladridos, aullidos, gruñidos, lloriqueos, etc.).
  • Visual: mediante cambios de postura corporal, expresiones faciales, movimientos de cola y orejas.

Para conseguir que un perro sea estable, aprenda a gestionar sus emociones y a comunicarse correctamente con otros animales de su misma especie, otras especies y en particular con seres humanos, es fundamental prestar atención a sus primeros meses de vida. Durante su desarrollo temprano existen varios períodos, cada uno con sus particularidades en relación a su crecimiento, maduración del sistema nervioso, el comportamiento y los aprendizajes del cachorro. Dichos períodos son:

  • Período prenatal: a partir de 40 días de gestación hasta el parto
  • Período neonatal: desde el nacimiento hasta los 14 días aproximadamente.
  • Período de transición: desde los 14 a los 21 días aproximadamente.
  • Período de socialización: desde las 3 semanas a 10-14 semanas aproximadamente.
  • Período juvenil: desde las 10-14 semanas hasta la pubertad

Si bien todos los periodos son relevantes por los eventos y procesos determinados que ocurren en cada uno de ellos, el período de socialización es el más importante para lograr una buena socialización, estimulación temprana y estabilidad emocional. Un correcto manejo durante esta etapa es esencial para prevenir problemas de comportamiento en el futuro y en la vida adulta del animal.

Otra característica muy importante tanto en cachorros como en adultos es su necesidad de explorar. Conocer e interactuar con el medio ambiente que lo rodea. Esto además le permite al animal realizar actividad física y mental, disminuir el estrés, el aburrimiento y aprender a resolver nuevos desafíos que pueden existir en un ambiente enriquecidos de estímulos sensoriales.

Para evaluar el bienestar de un animal es necesario tener en cuenta una serie de aspectos que son centrales y que permiten desarrollar e integrar el concepto de calidad de vida. Según el modelo de los 5 dominios desarrollado por Mellor6 existen cinco principales aspectos que deben ser analizados para evaluar el bienestar de un animal: nutrición, medio ambiente, salud, interacciones del comportamiento y estado mental. A partir del acceso a las oportunidades o las restricciones que se produzcan en torno al aspecto nutricional, del entorno, de la atención de la salud y del manejo de las interacciones en estos cuatro aspectos (llamados dominios físicos/funcionales) se condicionará el quinto dominio integrador relacionado con el estado mental y afectivo del animal. Este último permitirá representar el estado general de bienestar del animal. Por este motivo es imprescindible que todos los aspectos citados estén garantizados teniendo en cuenta las características de la especie. No sólo deben evitarse los malos tratos o la falta de atención, sino que deben implementarse estrategias para mejorar las oportunidades de acceso para satisfacer las necesidades físicas, de salud, ambientales y comportamentales del animal para lograr un balance emocional positivo al integrar todos los aspectos antes mencionados.

A partir de los conceptos desarrollados anteriormente aquí se mencionan algunos consejos para una mejor calidad de vida de nuestros perros7:

En el hogar:

  • El ambiente donde vive debe ser seguro y sin exposición a objetos, estructuras o situaciones potencialmente peligrosas.
  • No dejar sustancias tóxicas y objetos peligrosos al alcance de los animales.
  • Mantener limpios y seguros los ambientes. Evite utilizar productos que sean irritantes o tóxicos para los animales. Consulte con su veterinario/a de confianza.
  • Límites perimetrales en la vivienda que le impidan tener acceso directo a la vía pública.
  • Utilización de protecciones y redes en balcones, escaleras y terrazas.
  • Evite los pisos deslizantes o resbalosos en las áreas donde se encuentra su perro.
  • Los perros deben tener separadas sus áreas de descanso, alimentación y eliminación dentro del hogar.
  • Acceso libre y disponible a lugares frescos, con temperaturas confortables, ventilados, con sombra y que sirvan de refugio frente a las temperaturas extremas, la lluvia, el viento y la humedad.
  • Garantizar el acceso diario a zonas con luz solar directa.
  • Los lugares de descanso deben ser cómodos, tranquilos y estar siempre limpios, secos, ventilados y protegidos de las inclemencias del tiempo.
  • Habilitar zonas seguras donde el animal pueda refugiarse frente a eventos o situaciones que perciba estresantes.
  • El hogar donde vive nuestro perro debe ser un ambiente confortable, seguro, predecible y en donde existan rutinas en cuanto a las actividades diarias e interacciones sociales.
  • Ofrecer diversas actividades, ejercicios y elementos que puedan ser parte de un plan de enriquecimiento ambiental supervisado por un veterinario especializado en comportamiento animal y puesto en práctica con ayuda de educadores debidamente capacitados.

En la vía pública y espacios verdes

  • Los perros deben siempre estar acompañados de sus tutores.
  • Los perros deben llevar llevados con elementos de sujeción seguros y cómodos. Recuerde la utilización de collar o arnés, correa y bozal cuando corresponda.
  • Es recomendable que su perro tenga algún sistema básico de identificación. Una forma sencilla es hacerlo es mediante una medalla o chapita con su nombre y teléfono.
  • Los paseos deben ser de calidad. Esto quiere decir que no sólo sirvan para realizar sus necesidades fisiológicas, sino que les permitan satisfacer sus necesidades comportamentales, exploración e interacción positiva con otros perros y personas.
  • Realizar varios paseos por día teniendo en cuenta las características de cada individuo, predisposiciones de raza, edad, estado fisiológico y hábitat en el que vive.
  • Los perros NO DEBEN CIRCULAR NUNCA en la vía publica sin supervisión de sus tutores.
  • Sólo pueden estar sin elementos de sujeción (sueltos) en la vía pública en los lugares permitidos para tal fin. Los cuales deben estar identificados por las autoridades competentes.

En la clínica veterinaria

  • Realizar visitas frecuentes a la clínica veterinaria para acostumbrarlo y que relacione que es un contexto positivo.
  • Es muy importante evitar que nuestros perros asocien que la veterinaria es un lugar negativo donde sólo le ocurren cosas “malas”.
  • Es sumamente recomendable que nuestros perros se acostumbren y relacionen de forma positiva desde cachorros las principales maniobras veterinarias. Desde una evaluación general hasta la revisación de ojos u oídos. Consulta con tu veterinario/a de confianza y especialista en comportamiento.
  • Evitar permanecer en la sala de espera durante varios minutos. Es recomendable esperar en un lugar abierto y utilizar el sistema de turnos para ser llamado cuando corresponda.
  • Llevar alimento en forma de premio y utilizarlo en la veterinaria y durante las maniobras veterinarias. Siempre teniendo en cuenta los procedimientos y el criterio del profesional que lo está atendiendo.
  • Es muy importante permanecer tranquilos y trasmitirles confianza para que nuestros perros no tengan miedo y se estresen en la veterinaria y durante la consulta.
  • También es muy importante que nuestros perros se acostumbren y relacionen de forma positiva el uso de bozales que les permiten comer y tomar agua. Estos procedimientos deben ser primero practicados de forma progresiva en el hogar y luego pueden realizarse en la veterinaria. Consulta con un etólogo clínico y educador calificado.

En relación a su salud física y emocional:

  • Recordá consultar siempre con tu médico/a veterinario/a de confianza y tener controles preventivos de forma programada periódicamente.
  • Prestá atención a los cambios de comportamiento o el aumento o disminución de algunas conductas. Pueden estar avisando que tu perro tiene algún problema de salud.
  • Es muy importante que no automediques a tu perro La prescripción e indicación de medicación sólo puede realizarla un veterinario.
  • Recordá mantener al día el plan de vacunación y control antiparasitario correspondiente.
  • Es muy importante que consultes con tu médico/a veterinario/a de confianza y un especialista en comportamiento cuando estés pensando en realizar la castración de tu perro. Cuando hablamos de pacientes individuales (y no sólo como medida de control poblacional) dicha intervención médica debe estar indicada para cada paciente de forma particular.
  • Recordá brindarle a tu perro una dieta balanceada y alimentos de calidad.
  • Siempre debe tener disponible agua potable fresca y limpia.
  • Su alimentación debe estar pensada teniendo en cuenta los requerimientos nutricionales de cada individuo: estado fisiológico, sexo, edad, nivel de actividad, estado reproductivo, enfermedades crónicas, etc.
  • Consulta con tu médico/a veterinario/a de confianza si decidís cambiar su tipo de alimentación y cómo debes llevarla a cabo.
  • Evitá darles de comer antes o justo después de un paseo, ejercicio intenso o situación estresante.
  • Mantené a tu perro en un estado corporal y peso saludable.
  • Es muy importante que realices actividad física con tu perro y compartan tiempo juntos. Paseos, actividades deportivas, salidas, etc.
  • Evitá que tu perro se quede solo muchas horas. No es recomendable que esté solo más de 4 horas.
  • Recordá que los perros son animales sociales, que necesitan están acompañados.
  • Por eso si vas a dejarlo solo tenés que entrenarlo de a poco para que aprenda quedarse solo y no sufra.
  • Generá hábitos y rutinas cotidianas predecibles: horarios de alimentación, de descanso, paseos, actividades diarias, etc.
  • Dale las oportunidades para que pueda satisfacer sus necesidades no sólo fisiológicas sino también de comportamiento: actividad física, conducta de exploración, paseos, juegos de masticación y olfato, relacionarse con otros individuos de su misma especie, etc.

En relación a sus interacciones sociales

  • Es muy importante que tu perro desde cachorro se relacione con otros individuos de su misma especie y forme vínculos afectivos positivos con los mismos.
  • Un perro bien socializado es un perro con un mejor bienestar.
  • Todos los días debe estar en contacto y realizar sesiones de juego con otros perros del barrio.
  • También es muy importante socializarlo desde cachorros con otras especies con las cuales queremos que forjen una buena relación en el futuro. En especial con seres humanos.
  • La socialización con seres humanos debe realizarse con diferentes categorías de edad y con diversas características particulares.
  • Es sumamente recomendable que desde cachorros los perros relacionen de forma positiva la entrada de visitas al hogar. Pueden recibir premios y afecto por parte tanto de los integrantes de la familia como las personas que ingresan al hogar.
  • La buena relación con las personas también es recomendable practicarla en la vía pública y espacios verdes. Las personas no deben abalanzarse ni tocar a un perro sin antes preguntar a sus tutores. Deben esperar que el animal se acerque y muestre interés en relacionarse.
  • Evitar las interacciones bruscas y tratar de acariciar a los perros que no conocemos encima de su cabeza.
  • También es importante la forma cómo nos comunicamos con nuestros perros. En el caso de la comunicación por parte de las personas, en general, y de los integrantes de la familia, en particular debe ser mediante mensajes claros, sin ambigüedades y consistentes.
  • Para lograr un vínculo sano y estable con nuestros perros es fundamental comprender cómo se comunican, cómo aprenden, entender sus necesidades físicas y mentales y compartir tiempo con ellos.

Por todo lo mencionado anteriormente podemos llegar a la conclusión que para lograr una mejor calidad de vida en nuestros perros necesitamos aprender de ellos, saber cómo es su biología, cuáles son sus necesidades físicas y comportamentales y tratar de comprender cómo perciben el mundo en el cual convivimos. De esta forma, en base a toda esta información y estos conocimientos aprendidos, respetarlos y brindarles todo lo necesario para mejorar su bienestar. En definitiva, tenemos que aprender a conectar con el animal con quien decidimos compartir nuestra vida y del cual decidimos ser responsables.

Redacción: Vet. Esp. Nicolás Carmona. M.N 9380 – M.P 13246

  1. Broom, D. M. (1991). Animal welfare: concepts and measurement. Journal of animal science, 69(10), 4167-4175. ↩︎
  2. Manteca Vilanova, X. (2021). Etología Veterinaria. Ed. Multimédica. Barcelona. ↩︎
  3. De Waal, F. (2019). El último abrazo: Las emociones de los animales y lo que nos cuentan de nosotros. Tusquets Editores SA. ↩︎
  4. Mellor, D. J., & Reid, C. S. W. (1994). Concepts of animal well-being and predicting the impact of procedures on experimental animals. In Improving the Well-being of Animals in the Research Environment; Baker, R.M., Jenkin, G., Mellor, D.J., Eds.; Australian and New Zealand Council for the Care of Animals in Research and Teaching: Glen Osmond, Australia; pp. 3–18. ↩︎
  5. Garzón, P. H. (2012). Manual de etología canina. Grupo Asís Biomedia SL. ↩︎
  6. Mellor, D. J., Beausoleil, N. J., Littlewood, K. E., McLean, A. N., McGreevy, P. D., Jones, B., & Wilkins, C. (2020). The 2020 five domains model: Including human–animal interactions in assessments of animal welfare. Animals, 10(10), 1870. ↩︎
  7. Code of Practice for the Welfare of Dogs – Department for Environment, Food and Rural Affairs UK – 2017. ↩︎